sábado, 25 de abril de 2015

Autoexilio.

Autoexilio. Leí esa palabra en otro blog hace mucho tiempo y hoy repercute con todo su sentido.

Yo elegí el autoexilio de varias cosas. Elegí el autoexilio del riesgo sentimental, ese que todos usan cuando "pelean por quien quieren". Yo me autoexilié de eso, me rendí, usé todo lo que tenía y te perdí igual, así que dejé de intentarlo. Me autoexilié de volver a caer en lo mismo con cualquier otra persona, tomé un par de riesgos en algun momento, un par de excepciones, que por supuesto me demostraron que no fue una decision realmente correcta.

Me autoexilié de aceptar el futuro y seguir avanzando, no porque quisiera sino porque el corazón me lo esta pidiendo así. Destinó un espacio gigante con tu nombre y se niega a borrarlo, y eso me carcome por dentro algunas veces. Después se pasa, porque tengo mucho que hacer, pero después vuelve más fuerte porque me recuerda que ha pasado aun más tiempo, y estas aun más lejos, más cerca de instancias en tu vida que moldean tu camino propio, más separado del mio, que alguna vez fue tuyo también, y que el corazón no quiere ver como parte del pasado.

Me autoexilié del permiso de dejar las lagrimas caer sin importar razones, como hace muchos años atrás. Me estoy volviendo a guardar todo, resumiendo todo este malestar en una garganta apretada que me hace doler la cabeza, que es como si se encadenara a si misma para no dejarme llorar.

Por último, y a modo de decision más reciente, me autoexilio de la palabra de confianza. Porque es a ti a quien otrogué la palabra de confianza, y usarla para hablar sobre como me siento respecto a ti es como rasguñarte despacito, molestosamente, de forma quizás innecesaria pero de igual forma molesta. Me autoexilio de darte esos momentos incomodos hablando sobre como me siento, porque tu sabes que eres la razon de esta situación, y eso molesta a cualquiera.

Me autoexilio de los sentimientos. Me autoexilio hacia mis sueños tallados en roca.