jueves, 24 de octubre de 2013

Metro-cosas: minutos.

El control de química analítica se hace durante los primeros 10-15 minutos de clase. Yo salí atrasada 15 minutos.

Corriendo, recuperé como 3 minutos de atraso. Llegué a la estación y apenas bajé al andén el tren cerraba las puertas y se iba sin mi. Uno o dos minutos perdidos. Siguiente tren que llegaba a la estación iba fuera de servicio. Tres a cinco minutos mas de atraso. Debería tomar el tren a más tardar a las 10:55. Son las 11:15. La clase empieza a las 11:30.

El tren viene por fin llegando, me subo y me siento haciendo fuerza mental para que la linea 4 completa aumente la velocidad. No se si es idea mía o realmente el tren arrancó mas rápido que de costumbre. Ya llegamos a la primera estación. Quedan 5.

Se bajó el señor que se venía quedando dormido al lado mio. Nunca se como la gente se duerme a full en el metro pero sabe perfectamente cuando despertar y bajarse. Ahora solo tengo al otro lado a un señor que lee un libro de Erich Von Däniken, al menos eso es lo que alcanzo a distinguir con mis ojos miopes. Estoy al lado! y aun así veo super mal. 

Segunda estación y quedan cuatro. Se sentó al lado una mujer con lentes. No tiene sentido porque esta nublado, pero si tiene sentido si asumimos que ella tiene resaca de mitad de semana. Tercera estación, quedan tres. Se sube una niña joven y se sienta frente a mi, leyendo varios papeles. Como está al frente solo distinguí "consalud" en ellos. Maldición, necesito llegar a ese control.

Cuarta estación, quedan dos. En esta se bajo mucha gente, pero casi todos se bajan conmigo en Vicente valdes. Son las 11:21, y aun debo hacer combinación a la otra línea y correr otras cuatro estaciones mas. Con suerte llego antes que la clase termine e intento convencer a la ayudante de que me deje hacer el control en un rincón. Bajamos el túnel, llegamos a la quinta estación. Ese es el nombre de una banda o no? En fin, me pondré mi mochila para salir en carrera cuando lleguemos a la próxima estación. Seguiré escribiendo en el siguiente tren.





Son las 11:27. Al final perdí el tren en la combinacion pero el siguiente estaba esperando para ingresar así que no perdí tanto tiempo. Quizás un minuto. En 2 minutos empieza la clase. En 5 minutos debería llegar a san Joaquín. De ahí a la sala son 10 minutos caminando. Pero si corro acortare a la mitad.

Primera estación y quedan tres. Son las 11:29. Ahora que lo pienso la ayudante también es humano. También podría atrasarse, también pudo tener imprevistos en el laboratorio o personales. La semana pasada no llego a tomar el control por eso. Pero la vida hoy me ha dado problemas y no va a hacer que ella se atrase. Lo se. Segunda estación y quedan dos. Son las 11:31 pero si tengo suerte ella aun no llega. No tengo Internet móvil para avisarle a mis compañeros nada. Pobreza jodiendome otra vez.
Tercera estación. A la próxima bajare las escaleras mas rápido que.nunca y llegare como sea. Contare lo que paso después de dar el control. Me deseo suerte a mi misma, a lo que la vida me diga hoy. De todas formas sera anecdótico.






11:54. Acabo de salir del control y lo hice bien. Digo esto porque me dio lo mismo que el mejor del curso. Ese que parece robot al hacer los ejercicios y que nunca se equivoca.
Pensé que.no llegaba. Correr con una mochila cargada cansa demasiado y te hace sentir tan rápido como un caracol. Benditas zapatillas deportivas que me puse hoy sin imaginar que serian mi salvación. Esquivando autos, basureros, cuicos, logre llegar a la sala con un ritmo cardiaco que podría ser mi marca personal. Abrí la puerta con exageración, y al escuchar ruido en la sala sentí la tranquilidad. Si no hay silencio, no estaban haciendo el control. La ayudante me entrego el control al igual que a los demás y me dijo donde sentarme. Lo había logrado, maratonicamente llegue a tiempo. Me costo escribir el fucking control, con la corrida quede tiritona y no me acordaba bien como se hacia, pero cuando me calme un poco me ilumine y lo termine tan rápido como llegue a la U. Misión cumplida, ahora a relajarme mientras espero la hora de almuerzo.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Da Vinci: The birds


Ezio encontró a Leonardo enfrascado en una curiosa actividad. En Florencia se podían comprar pájaros enjaulados en cualquier sitio. La gente los colgaba en la ventana por puro placer y cuando morían, simplemente los sustituían. Leonardo estaba rodeado por docenas de jaulas. Cuando llegó Ezio, acababa de seleccionar una de ellas, abrió a continuación la puertecilla de mimbre, levantó la jaula y observó cómo el pardillo (en este caso) encontraba la salida, la cruzaba y quedaba en libertad. Leonardo observó la partida del pájaro con interés y cuando se giró dispuesto a coger otra jaula, se percató de la presencia de Ezio. Le sonrió de una manera encantadora mientras liberaba uno tras otro a tordos, camachuelos, alondras y caros ruiseñores, observándolos a todos con gran atención.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó perplejo Ezio.
—Toda forma de vida es preciosa —respondió simplemente Leonardo—. No soporto ver a seres vivos como yo encarcelados de esta manera, por el simple hecho de tener buena voz.

Oliver Bowden, Assassin's Creed Renaissance.



martes, 8 de octubre de 2013

Metro-cosas: el mejor del mundo

Entre toda la seriedad de la gente que se subió al metro, me llamo la atención la alegría de un señor que venia frente a mi. Me fije en su celular y vi un video de un niño, de unos 15 años, bailando con traje de huaso. Probablemente era su hijo, por la forma en que le brillaban los ojos al ver el video. Parecía que se había desconectado de todo lo demás, seguramente recordando ese día en que su hijo fue, por unos minutos, el mejor bailarín del mundo. Escribí esto frente a el para no perder el momento, quizás desconectándome también de todo lo demás. El señor aun sonríe, esta vez mirando a la ventana del tren que da a mi universidad, pero se que su mente está mucho mas allá que eso.

sábado, 5 de octubre de 2013

Olmué II: La Salida

El metro no se demoró nada. Llegué con tiempo de sobra al terminal y encontré a mi mamá cerca del andén en el que unos minutos después se estacionó un bus con destino a villa alemana. El plan era llegar allí primero, para después tomar algun colectivo o lo que fuera hasta Olmué.
Sin mayores problemas salimos de santiago, que se notaba mas vacío, con toda su estresante gente esparciendose por las demás regiones. Ya en carretera el auxiliar nos pidió los pasajes.
- Buenos días. ¿Dónde baja?
- vamos a olmué. Dónde nos conviene bajarnos?
- lo mas conveniente es bajar en el paradero 5 de villa alemana, tomar el metro de Valparaíso hasta la estación Limache, y ahí tomar una micro hasta Olmué.
El auxiliar todavía no había terminado de decir metro y yo ya estaba muriendo de nervio sólo imaginando tener que subirme al tren. Lo quedé mirando con cara de espanto mientras seguía explicandonos:
- También pueden bajar en el paradero 6 y tomar una micro a Limache y allí una hacia Olmué.
Mi mamá lo pensó unos momentos y le dijo:
- podríamos bajar en el paradero 5 y tomar el tren...
¿De verdad? ¿En serio mi mamá me había traicionado y elegía la peor alternativa del universo para mí? Antes de terminar la frase me  miró como sabiendo la cara de tragedia con la que se iba a encontrar, y cuando comprobó que así era, se dio vuelta y le dijo al auxiliar:
-No ya no. Déjenos en el 6.
Mi alivio fue inmenso. Aún no perdía la fe en la mensa de mi mamá.